25 February 2011

Mi respuesta a osea65 – Twitter 25.02.2011

Aclaremos algo, ideológicamente no estoy de acuerdo con la política neoliberalista en donde vivo, en Colombia, o en otras partes del mundo – pero los mas graves cargos en este momento contra el ex presidente Uribe, no son cargos contra su política neoliberalista o su planteamiento económico ya que estos argumentos, auque son muy importantes, pertenecen a otro tipo de discusiones políticas.

Si el ex presidente visito muchos sitios en Colombia donde se encontró con campesinos y otros ciudadanos, y hablo y los escucho, esto esta bien, nadie debe de negar estos acontecimientos. No me interesa el insulto o negar la verdad de nadie, así sea mi ‘enemigo’ político, pues esto no ayuda a ningún argumento serio.

Igual, hay que tener en cuenta que fundamentalmente estos ‘gestos’ presidenciales no son más importantes que la protección de los derechos humanos y los derechos democráticos en un país. Estas son, sin lugar a duda las más importantes responsabilidades de un presidente o mandatario democrático. Si no estas de acuerdo con ello, te pido que no sigas leyendo.

Luego en este campo los ciudadanos pueden demandar respuestas claras, honestas y enfáticas sobre sucesos cobijados por los derechos humanos universales. Estos incluyen: falsos-positivos, la desaparición de miles de ciudadanos, las desmovilizaciones falsas, operaciones de rescate falsas, conexiones con narcotraficantes, la política de espiar clandestinamente a los ciudadanos, la posición inequitativa ante los diferentes actores del conflicto Colombiano, etc. etc.

Estos cargos son supremamente serios. En este momento no hay respuestas a las difíciles preguntas que cuestionan la posición del ex presidente ante estos fundamentales derechos universales.
En ninguna democracia mundial se pensaría que estos cargos se pueden ignorar y no se tienen que responder. Nadie debe, sea el/ella de derecha o de izquierda apoyar el silencio ante estas acusaciones. Todo demócrata responsable debe apoyar una investigación profunda de los cargos presentados contra el expresidente; sea para exonerar o para condenar. Es la única posición racional.